Comienza
el día y lo primero que hago es llamar a la puerta del señor Éxito
(toc, toc) pero nadie me contestó y me digo a mí misma: “¿será
que no he realizado algo tan importante como para que el señor Éxito
me conteste?”. Me volví a mi casa. Al llegar, lo primero que hice
fue llamar a la señora Concentración y le dije: ¿puedes ayudarme?, tengo un trabajo que hacer y no debo despistarme. Después reclamé
por teléfono al señor Interés: (rin, rin), cuando lo cogió le pedí que él también me ayudara y lo hizo. Acabé el trabajo y lo
entregué, claramente me dieron la nota, que era un 10; al lograr esto, se me apareció el señor Éxito y me dijo:
—
¿Qué
sientes al verme?
—Siento
como un subidón, y no quiero que esta sensación se vaya nunca—dije
muy ilusionada.
—
Si
trabajas siempre así, aquí me tendrás a mí.
Autora:
Nazaret Cabrera Ramírez
El
éxito, al contrario de lo que muchos piensan, es más común de lo
que nos imaginamos; puede llegar cuando conseguimos cumplir una meta
por muy grande o pequeña que sea, con una buena nota e incluso
cuando contamos una buena historia. El éxito es la cima de una
escalera, la cual consta de peldaños, estos son la confianza, el
interés, la voluntad, el esfuerzo…, todos ellos son necesarios
para poder alcanzar éxito y, cuando por fin llegas hasta él, no
quieres tener que volver a bajar de nuevo la escalera, porque lo más
difícil no es estar en la cima, sino mantenerse y aunque en algún
momento, todo el mundo ha tocado fondo, lo bueno es que
ahora, solo puedes ir en una dirección, hacia arriba, lo cual te
hará reencontrarte con el éxito.
Autora:
Sofía Ojeda Trujillo
Sexto
Nivel. 2016