En
un miércoles maravilloso, soleado, y con una brisa espléndida,
fuimos Sexto B y C a una “visita” muy interesante. En la guagua
me senté por el lado de la ventana, y contemplaba a algunos niños
jugando, a dueños con sus perros... Y claro, al increíble y
hermoso paisaje. Al rato quise hablar con mis amigas sobre momentos
divertidos... Al llegar, caminaríamos al encuentro del museo de San
Martín, hecho con piedra y madera, me pareció muy bien cuidado y
bonito, situado en una calle muy deshabitada. Entré y lo primero que
pensé fue: ¿Cómo lo mantienen tan bello? El objetivo de la visita
era observar cómo el pintor evolucionaba con sus obras en 3D.
Después nos acercamos a la plaza, comí, hablé y vi a las palomas
picotear el pan. Más tarde nos dirigimos al otro museo, CAAM, que me
pareció menos atractivo, pero muy interesante, cuando llegué, lo
observé: ¡qué grande! La verdad que mereció la pena ir.
Autora:
Sara Jiménez Peñate
Sexto
Nivel. 2016
Un
día espléndido.
Al llegar, nos dirigimos directamente al museo “San Martín”.
Por fuera se veía muy antiguo, pero al entrar a su blanco interior,
sentí una sensación de relax en todo el cuerpo, debido al fresquito
que hacía, a
la música relajante de fondo… Era colosal. Después
fuimos a comer a la plaza de Santa Ana, que parecía que estábamos
en la plaza de San Pablo en Venecia, porque había muchísimas
palomas alimentándose de la comida que les daban los extranjeros…
Los profesores también se divirtieron, y con profesores, me refiero
a Carlos, porque cada vez que lo miraba estaba sonriendo.
Luego
visitamos el museo “CAAM”, en el que me aburrí porque la guía
nos ordenó que contempláramos durante veinte minutos “LA ÚLTIMA
CENA” en versión moderna. Lo demás fue todo más divertido,
aunque lento.
Realizado
por: Jorge Sosa Cabrera.
Sexto
Nivel. 2016