Maravilla
surcante, te atrae y te aleja dejándote explorar sus tesoros
sumergidos. Encuentras historias dentro de él, contemplas su
belleza. En las playas, te susurra. Sube y baja como el que escala
una montaña y luego se cae. Cautivador de mentes, fuerza imponente
es la que mueves. Al desatar tu ira a nadie perdonas y eres la madre
de todos los animales acuáticos. Cambias de forma, nos ayudas a
sobrevivir, y muchos te lo pagamos envenenándote. Eres una diosa
traicionada por tus hijos, pero tú siempre nos quieres liberar,
cautivándonos con tu presencia, y haciéndonos ver lo que somos.
Alejandro
López Salguero.
Sexto
Nivel. 2017
Mar, al ver tus azulinas, cristalinas y limpias aguas,
de emoción, me
haces llorar.
Cada
seis horas, tu marea tiende a cambiar,
Maravillosas
vidas en ti se pueden avistar,
como
las de los peces de colores y estrellas de mar.
Gaviotas
te sobrevuelan
y
personas en ti nadan sin parar.
Yago
García Hernández
Sexto
Nivel
Me encuentro en la playa de Bañaderos, en donde se ven casas multicolores que reflejan un paisaje irisado. Alzo la vista y descubro un cielo con nubes de formas caprichosas, a veces, detrás de ellas, el sol radiante se asoma a saludarme con un gesto alegre. Unas furiosas olas rompen contra las rocas ásperas y austeras que poseían un musgo aterciopelado; y al chocar creaban un baño de nívea espuma. La leve brisa acariciaba suavemente mi cara y de vez en cuando la impertinentes gaviotas se posaban en el enorme e imponente mar, animando el paisaje.
Autora: Nazaret Cabrera Ramírez.
Sexto Nivel. 2017
Sentado
en un banco de robusta madera, mi mirada se hizo paso a través de
unas enormes rocas que ocultaban la enigmática presencia del
Bufadero. En su interior alberga todo un mundo submarino protegido
por unas rocosas paredes.
Al
alzar mi mirada, el anaranjado horizonte anunciaba la inmediata
salida del sol. Mientras, en el cielo, unas pequeñas y rezagadas
nubes seguían la estela de una bandada de gaviotas que instantes
antes se habían adentrado en el inmenso Océano Atlántico.
Autor:
Hugo Sánchez Alonso
Sexto
Nivel. 2017
Autora:
Cristina Mederos Déniz.
Sexto
Nivel. 2017.
Aguas
transparentes acoge el ancho mar, reflejas en ti todo lo que ves
pasar. Cautivador de escritores, pintores y poetas. Desde las altas
cumbres te caracterizas por tu color azul, reflejos del amplio cielo
en el que te miras tú. Marineros que exploran tu inmensidad, vivimos y nos alimentamos de los frutos que das. Olas espumosas cuando llegan
al final.
Autora:
Belén Suárez Rodríguez
Sexto
Nivel. 2017.
Vivimos
rodeados por él. Cada día lo admiramos al amanecer, al atardecer,
al anochecer, su inmensidad se pierde en el horizonte. Demuestra su
poder cuando emergen olas furiosas llevándose por delante cualquier
cosa que se encuentre a su paso. El ser humano tiene como idea
recortarle cada vez más espacio. En sus profundidades, se esconden
misterios aún por descubrir. Su grandeza atrae y al mismo tiempo da
miedo porque asusta lo desconocido que guarda en su interior.
Autora:
Ariadne León Delgado.
Sexto
Nivel. 2017
A
lo lejos, el mar.
San Francisco,
vetusto y solitario, que nos hace recordar muchos momentos
agradables. Cuando el sol derrama su belleza por todo el cielo y los
pájaros están preparados para el nuevo día, el barrio no para de
anunciar su antigüedad y ternura. En ese momento del día, cuando
los dorados rayos de esa estrella llegan a mi cara, siento una
nostalgia muy incómoda y a la vez una inmensa alegría. Mis ojos
recorren sus casas blancas de piedra y resuenan en mi cabeza unas
palabras muy bonitas que me decía una persona que admiraba: “su
casa vigilaba todo el barranco Real”. Pero lo que más me gusta es cuando
saludo a las nubes desde allí y ellas me dibujan animales en el
cielo.
Autor:
Jorge Sosa Cabrera.
Sexto
Nivel. 2017.
Me
dirijo al Sur de El Hierro, voy bajando por la calle ``El Horno´´,
al llegar al muelle de La Restinga, también conocido por el Mar de
Las Calmas, los barcos mecidos por las olas amablemente me invitan a
pasear, pero yo preferí bucear en sus gélidas pero cristalinas
aguas. Los corales y las algas me saludan con un frágil movimiento.
Cuanto más bajaba, más magnífico me parecía lo que contemplaba.
Los peces desconsolados y con su cobarde boca no decían nada; en el
fondo de agua azul intenso yacían inertes las estrellas y erizos de
mar. Había un sinfín de rocas de formas curiosas, ¿qué
esconderán?, me preguntaba.
Al final me voy sin saberlo y con un
gran sentimiento de paz.
Autora: Nazaret Cabrera Ramírez.
Sexto
Nivel. 2017.
El
atardecer me sorprendió sentado en un risco junto al mar, en el
pueblo marinero de Agaete, allí reposaba después de una intensa
jornada estival de sofocante calor, contemplando al inmenso mar
azul, acariciando las rocas que tenía ante mí, mientras el suave
céfiro me refrescaba.
Cuando
alcé mi vista, las juguetonas nubes, en medio de ese imponente cielo
anaranjado me hicieron pensar lo pequeño que somos en este inmenso
mundo, más aún cuando me percaté de la majestuosa silueta del
centenario Teide.
Autor:
Hugo Sánchez Alonso.
Sexto Nivel. 2017.
Sexto Nivel. 2017.
Camino
de Las Palmas de Gran Canaria, puedo observar unas nubes enrojecidas
riéndose de los chistes que cuenta el sol antes de acostarse. La
mar, ese lago enorme que rodea a este trozo de tierra flotante, se
está volviendo translúcida y apagada. Aquellas rocas aventureras se
exponen al frío todas las noches peligrando su existencia solo por
escuchar el canto que produce su ir y venir constante. Puedo ver que
mi destino está cerca y que el tiempo mengua cada vez de una forma
más veloz. La mar está juguetona, ya que hoy el viento ha decidido
que se merece un descanso. Este paisaje es sublime y conmovedor para
unos, y algo excepcional para otros.
Sexto
Nivel. 2017.